Reempezar (otra vez)

Publié le par Curro Zuloaga

Tren Bruxelles – Den Haag, 31 de agosto de 2008

Hace escasamente un año, os dedicaba un artículo titulado “Reempezar”, que contaba mis primeros pasos en Bruxelles. Por aquel entonces – no estoy seguro de haber plasmado esto por escrito pero sin duda la idea estaba arraigada en mi cabeza, pensaba que la estancia en Bruselas duraría al menos un par de años. Duró nueve meses, como un parto. Pero sin dolor. Experiencia genial, que se terminó simplemente porque se me abrió la posibilidad de hacer algo que me llenase más. Mis pasos se dirigen ahora a Holanda, en concreto Den Haag, pero todo eso ya os lo contaba en un artículo de hace un par de meses. Estas líneas son para contaros, como ya hice con Bruxelles, mis primeros pasos en Den Haag.

Llegué a Bruxelles (campamento base desde donde habría de empezar a buscar piso), el día 15 de agosto, tras una cuasi-situación traumática en París, donde perdí mi tren y casi me quedo allí sin dinero, tarjeta o sitio donde dormir. Finalmente el dicho “todo fluye” se cumplió y me encontré casi sin quererlo en el siguiente tren a Bruxelles. Bueno, que me enrollo. Digamos que durante las siguientes dos semanas, por resumirlo un poco, disfruté los fines de semana en Bruxelles (uno con los Bruseleños y otro con un grupo de amigas francesas que conocí en Canadá y que vinieron de visita). Entre semana, misión radicalmente opuesta: buscar piso en Den Haag. Lo más fácil es hacerlo “in situ”, claro está. Así que el tren Bruxelles – Den Haag (desde el cual os escribo ahora) lo conozco casi como la palma de mi mano.

En la primera semana en Den Haag me hospedé, por indicación de mi amiga holandesa Sarah, en un albergue llamado Stayokay, no muy lejos del centro de la ciudad, lo cual era prácticamente lo más importante para una cómoda búsqueda de piso. Enseguida descubrí que la biblioteca tenía internet gratuito, así que allí pasaba mis días, escrutando páginas webs llenas de ofertas de pisos. La cosa no estaba fácil, pues agosto es el momento en el que llegan la gran mayoría de los estudiantes y becarios a Den Haag. Esto hace no sólo que la demanda sea más alta sino que, como todas sabemos por la puñetera ley de la oferta y la demanda, el precio sea más alto que el resto del año. C’est la vie.

En cualquier caso, en la biblioteca conocí por azar a Guzmán, un santanderino muy majete que a la postre ha acabado siendo uno de mis compañeros de piso. Guzmán a su vez había conocido a Alberto, un jiennense que es el tercer y último integrante de nuestro recién estrenado pisito. Los que me conozcáis probablemente estéis sorprendidos de que me haya colocado con dos españoles. Yo también, jeje!!. Pero el caso es que tuve un buen presentimiento y, como son gente muy distinta a mí (músicos barrocos, de laúd y flauta respectivamente), decidí que sería interesante probar. Si hubieran sido dos ingenieros otro gallo hubiera cantado :-P

El caso es que tras mucha peripecias, algunos pisos visitados, mucho tira y afloja con diversos caseros, un plantón de última hora por parte del dueño de un bonito piso que ya rozábamos con la punta de los dedos… después de todo eso, habemus piso. Se trata de un pisito recién renovado al oeste de la ciudad, en lo que parece ser el barrio árabe. Pese a un poco de reticencias iniciales, parece que no es zona conflictiva, y los vecinos con los que nos hemos encontrado por ahora parecen simpáticos. El piso tiene tres dormitorios, un gran salón y una terraza de gravilla a la que salir a degustar las especialidades holandesas antes de irse a dormir ;-). El piso está totalmente vacío, lo cual puede ser un problema o una ventaja, depende de cómo se mire. Yo prefiero pensar que nos vamos a poder montar un piso a nuestro antojo y esto me emociona, la verdad. Llevará tiempo, pero será nuestro hogar. Lo primero que he comprado para el piso, como os podéis imaginar, son unas cuantas bombillas de bajo consumo.

Bueno, os dejo que mi tren se acerca a Den Haag. En unas cuantas horas empieza mi nuevo trabajo. Pero esa es otra historia y será contada en otro momento.

Sed felices,

                                                           -curro-

Publié dans Den Haag

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